Me descubriste el pasado enero
desnudaste mi alma llena de miedo;
cubriste mis ojos con tu silencio
caà rendida a ti sin un remedio.
Huiste después como caballero
con tu recuerdo sólo me quedo;
Por volver a verte doy mi reino
aunque termine en el cementerio.
Bañada bajo la estela de Luna
sintiéndome amada al ser tuya;
tus ojos perpetuaron la noche
tus labios silenciaban las voces.
Después quedé sola a oscuras
mi cuerpo entero lleno de dudas;
jamás dude de tus intenciones
mucho menos creà en los errores.
Contemplando mi ser perdido
ahogué mi llanto en un libro;
ya era muy tarde para olvidar
me atravesó aquel frÃo invernal.
Me quedé rendida sin un motivo
como si fuese parte de mi destino;
con mis fuerzas hechas de cristal
mi vida vuelta un simple refrán.
El 12 de enero lo único que pasó es que me saltaron. Fue la primera vez y después de eso nada ha vuelto a ser igual.